El Proyecto Diverfarming publica los resultados de 3 años de diversificación de estos viñedos y revela las ventajas ambientales y productivas de esta práctica

Los paisajes de viñedos en cuesta en la orilla del río Mosel en Alemania son el símbolo característico de una región que no se entiende sin el vino: la zona vinícola del Mosel. Turistas de los países fronterizos de Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos acuden a la zona en busca de montaña y vino. Sin embargo, la falta de relevo generacional y la subida de temperaturas provocada por el cambio climático ponen en peligro la producción vinícola.

b_450_250_16777215_00_images_EUl_Yo9WoAAkBDj.jpgEn este sentido, el proyecto europeo H2020 Diverfarming comenzó en 2018 la diversificación de un viñedo ecológico de alta pendiente, alta pedregosidad (hasta un 70%) y problemas de erosión del suelo. En la mayoría de los viñedos, ya se ha generalizado la introducción de cubierta vegetal con herbáceas en las calles entre las viñas, pero debajo de ellas, ésta se combate de con herbicidas o de forma mecánica. Con el objetivo de reducir la erosión del suelo, aumentar su fertilidad y mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, un equipo de investigadores de la Universidad de Trier (Alemania) coordinado por el Dr. Manuel Seeger y el Profesor Dr. Sören Thiele-Bruhn, puso en marcha la introducción de hierbas aromáticas (tomillo y orégano) bajo las viñas de la empresa vitivinícola ‘Weingut Dr. Frey’.

Tras tres años de diversificación, el equipo formado por los investigadores Felix Dittrich, Thomas Iserloh, Roman Hüppi, Sophie Ogan, Sören Thiele-Bruhn, Manuel Seeger y el empresario vitivinícola Cord Treseler publica los efectos de la diversificación en la productividad de la vid y la calidad del vino que muestran las potenciales posibilidades que tienen estas prácticas ya que no han generado efectos negativos en la producción del vino.

Si bien se observa que existe algo de competencia entre la cubierta de aromática y las viñas por agua y nutrientes, estos efectos más que ser negativo dan pie a pensar que pueden tener un efecto positivo en la calidad del vino, como comenta el investigador Manuel Seeger. Tiene que ver con la reducción de ciertos nutrientes: mientras que la disponibilidad de nitrato no tuvo cambios en la diversificación de cultivos, el amonio, el fósforo y el potasio sí que se redujeron en la parte más superficial del suelo (primeros 10 centímetros). Sin embargo, se conoce que hay cierta relación entre el potasio disponible y la calidad del vino. Los resultados del trabajo apuntan que un cambio en la disponibilidad de la acidez mineral del suelo parece que generaría un aumento de la calidad de estos vinos. Además se observó el principio de compensación del rendimiento: aunque se reduce un poco la productividad de la vid, se compensa con el aumento de la calidad.

El estudio destaca los eventos extremos a nivel climático que se han sucedido a lo largo de los tres años de diversificación. En 2018 hubo tormentas en las que en una hora se produjo el mismo volumen de lluvia que se suele producir en un mes en la zona, mientras que 2019 y 2020 fueron récord en altas temperaturas y sequía. De esta manera, se incide en que la disponibilidad de agua y las condiciones climáticas son el factor más determinante para la productividad del viñedo. Aún así, si teniendo en cuenta las condiciones extremas la diversificación no ha tenido efectos negativos sobre el rendimiento del cultivo y la calidad del vino, en situaciones estandarizadas y con la estabilización a largo plazo de la diversificación se abren las puertas a un aumento de beneficios gracias a la diversificación.

La conservación del paisaje característico de la zona, la reducción de emisiones contaminantes y el aumento de la biodiversidad tanto edáfica como de otros organismos como pueden ser los insectos aportarán valor añadido a este sector que actualmente, está abierto a cambios que permitan hacer frente a esa falta de relevo generacional y a los escenarios que los efectos del cambio climático que se esperan. Todo para salvar el futuro del vino del Mosel.

Diverfarming es un proyecto financiado por el Programa Horizonte 2020 de la Comisión Europea, dentro del reto de “Seguridad alimentaria, agricultura y silvicultura sostenibles, investigación marina, marítima y de aguas interiores y bioeconomía” bajo el acuerdo 728003 en el que participan las Universidades Politécnica de Cartagena y Córdoba (España), Tuscia (Italia), Exeter y Portsmouth (Reino Unido), Wageningen (Países Bajos), Trier (Alemania), Pècs (Hungría) y ETH Zúrich (Suiza), los centros de investigación Consiglio per la ricerca in agricoltura e l'analisi dell'economia agraria (Italia), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (España) y el Instituto de Recursos Naturales LUKE (Finlandia), la organización agraria ASAJA y las empresas Casalasco y Barilla (Italia), Arento, LogísticaDFM e Industrias David (España), Nieuw Bromo Van Tilburg y Ekoboerdeij de Lingehof (Países Bajos), Weingut Dr. Frey (Alemania), Nedel-Market KFT y Gere (Hungría) y Paavolan Kotijuustola y Polven Juustola (Finlandia).

Dittrich, Felix & Iserloh, Thomas & Treseler, Cord & Hüppi, Roman & Ogan, Sophie & Seeger, Manuel &, Thiele-Bruhn, Sören. (2021). Crop Diversification in Viticulture with Aromatic Plants: Effects of Intercropping on Grapevine Productivity in a Steep-Slope Vineyard in the Mosel Area, Germany. Agriculture. 11. 10.3390/agriculture11020095.

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